En 2023, la producción mundial de frambuesas alcanzó un total de 852.000 toneladas, lo que supone un incremento del 5,19% en comparación con las 810.000 toneladas registradas el año anterior, según informó Alfonso Velásquez Tuesta, Asesor de Alta Dirección del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Este crecimiento destaca el dinamismo del sector a nivel global, impulsado principalmente por el desempeño de México, que se consolidó como el principal productor mundial de frambuesas.
México reportó una producción de 279.000 toneladas en 2023, un aumento significativo del 51,87% respecto a las 183.706 toneladas producidas en 2022. Este crecimiento se explica por la expansión de la superficie cultivada, que pasó de 13.000 hectáreas en 2022 a 15.000 hectáreas en 2023, con un rendimiento promedio de 18,5 toneladas por hectárea. Este país representó el 32,7% de la producción global de frambuesas en 2023, beneficiándose de su proximidad a Estados Unidos, un mercado clave que demanda grandes volúmenes de esta fruta, lo que le permitió generar ingresos cercanos a los US$ 1.300 millones y crear 120.000 empleos directos.
Otros países productores incluyen a Polonia, que produjo 96.400 toneladas en 2023, un descenso desde las 104.000 toneladas del año anterior; Estados Unidos, que mantuvo su producción estable en 72.000 toneladas; y China, cuya producción aumentó a 61.000 toneladas en 2023, consolidándose como un productor emergente con una proyección de demanda interna en rápido crecimiento. Serbia, por su parte, registró una notable disminución en su producción, pasando de 70.000 toneladas en 2022 a 48.000 toneladas en 2023.
Chile, otro actor relevante en el mercado global de frambuesas, ha visto un declive constante en su producción durante los últimos seis años, cayendo de 36.162 toneladas en 2018 a 16.083 toneladas en 2023. Este país enfrenta desafíos como una creciente demanda interna, bajos rendimientos productivos, y una disminución en la calidad de la fruta. El 97,30% de la producción chilena se destina a la industria del congelado, mientras que el resto se utiliza en la elaboración de puré, productos deshidratados y jugo. En 2023, Chile exportó 9.012 toneladas de frambuesas convencionales congeladas, generando US$ 43 millones, y 2.869 toneladas de frambuesas orgánicas congeladas, con un valor de US$ 18 millones. Los principales mercados de exportación para la frambuesa chilena son Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, y Corea del Sur.
A nivel global, la producción de frambuesas está marcada por la predominancia de la pequeña agricultura, especialmente en países como Chile, Serbia y Polonia, donde el promedio de siembra es de media hectárea por agricultor. En Estados Unidos, la producción se concentra en 8.200 hectáreas en California y Washington, con una orientación diferenciada entre la producción de fruta fresca y congelada. En Polonia, la superficie cultivada ha disminuido de 29.600 hectáreas en 2018 a 20.000 hectáreas en 2023, con un aumento en la producción bajo túneles.
En China, la producción ha crecido rápidamente, superando las 60.000 toneladas en 2023, y se espera que su demanda interna siga aumentando, convirtiéndose en un mercado importante para otros países exportadores. Serbia, sin embargo, ha experimentado una reducción significativa en su producción, con estimaciones de alcanzar solo 50.000 toneladas en 2023, debido a una serie de desafíos productivos y logísticos.
Finalmente, Ucrania, con 9.000 hectáreas dedicadas al cultivo de frambuesas, produjo 62.000 toneladas en 2023, pero enfrenta serios problemas debido a la guerra, incluyendo un aumento en los costos logísticos, dificultades en la exportación, y una escasez de mano de obra, lo que ha afectado gravemente su capacidad productiva.
Este análisis técnico subraya los contrastes y desafíos que enfrenta la producción global de frambuesas, destacando la importancia de factores geopolíticos, económicos y climáticos en la dinámica de este mercado.